Sedimento el silencio aterido de frío.
¿A donde hemos ido?
¿Qué nos depara el destino?
Se filtra en las entrañas.
Un cielo cubre tus carnes sin ampararlas.
Eras parte. Ahora deshecho, prescindible y
molesto.
Rompieron los hilos de la urdimbre social en
que estabas y ahora quedas a la deriva, en un asfalto del que también te
sacarán, para que los ojos no te puedan ver, para que nadie te pueda mirar.
Sólo el tiempo justo y preciso de escarmentar
a los que quedan, sometiéndolos, como esos padres que abofeteaban a sus hijos
frente al cadalso que daba al reo por faltar.
A qué consecuencias llevará tal desvarío?
La calle será selva sin ley.
Estaba previsto.
Desorden selectivo.
Me gusta este desorden Ana, :) Besos
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